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Y a nosotros, ¿quién nos cuida?

Y a nosotros, ¿quién nos cuida?

En primer lugar, reconozcamos el gran valor de las personas cuidadoras de familiares que a menudo se preguntan en silencio: «Y a nosotros, ¿quién nos cuida?».

Una gran parte de la población se está haciendo cargo del envejecimiento o la discapacidad de su padre, madre, hijos, pareja. Supone un gran desgaste físico y emocional. Se encuentran con familiares que, de pronto, requieren de toda la atención y cuidados, con una creciente dependencia, lo cual les lleva a tener que dejar sus trabajos, sus aficiones e incluso su vida social.

Son personas que se han convertido en cuidadoras a partir de que un familiar ha sufrido las consecuencias de un deterioro físico y/o mental a causa de un accidente cerebral, del envejecimiento, Ictus, Alzheimer, Parkinson, Epilepsia… Por tanto, se han visto obligadas a un cambio de vida. Casi siempre dejando de atender sus aficiones, trabajos, relaciones sociales, y dejando de ocuparse de sí mismas para dedicarse a atender la emergencia de forma continua y diaria.

 

Una emergencia social

Estadísticas aparte, sabemos que cualquier número de personas que sufren esta situación es suficiente para considerarla una emergencia frente a la cual no podemos quedar inactivos.

 

Proyecto Vila Veïna: un espacio de atención para personas cuidadoras

Vila Veïna es un servicio gratuito del Ayuntamiento de Barcelona, creado como respuesta a la necesidad de atender y visibilizar los cuidados familiares. La falta de recursos para ofrecer apoyo externo y, sobre todo, acompañamiento profesional es una de las carencias del sistema que está cubriendo este proyecto.

Es un lugar donde encontrar información de los recursos y servicios más cercanos para cuidarte y cuidar a otras personas y donde puedes encontrar actividades y diferentes propuestas que te ayudan a ganar en calidad de vida.

Una persona que vive en una Vila Veïna tiene un espacio de atención al territorio donde acercarse para resolver cualquier cuestión relacionada con el hecho de tener que cuidar de otras personas o con necesidades de cuidado personal (servicios, ayudas, actividades en el barrio, entidades, etc.) y desde donde se organizan iniciativas y propuestas para mejorar el bienestar (charlas, espacios en los que compartir las vivencias y malestares, caminatas, espacios de crianza, etc.).

A.N.A.BCN  colabora con el servicio a través de los Grupos de Ayuda Mutua (GAM): Café per a compartir es un espacio de encuentro e intercambio para personas cuidadoras, dinamizado por una psicóloga.

En la sesión hacemos aflorar lo que interesa a las personas participantes, acompañándolas en sus demandas de escucha, de contención y de acompañamiento.

Las participantes establecen vínculos y complicidades con otras personas que están viviendo su misma situación.

En cada una de las sesiones abordamos un tema derivado de situaciones de la vida cotidiana, sobre todo asociados a la sobrecarga de la persona cuidadora como responsable de compaginar la vida laboral, doméstica y familiar. A medida que avanzan las sesiones, se empoderan y ellas mismas empiezan a mejorar sus relaciones sociales, su autoestima, su bienestar en general, aunque la situación que vivan no haya cambiado. Las personas cuidadoras pueden verse desde otra mirada hacia ellas mismas.

 

Las personas cuidadoras necesitan apoyo

Cuidar de alguien es un trabajo exigente; requiere de tiempo, esfuerzo físico y emocional.

Las personas cuidadoras familiares han estado hasta ahora muy cerradas y aisladas junto al familiar enfermo. Necesitan ayuda para adaptarse y aceptar el cambio repentino en sus vidas.

Los síntomas que aparecen más frecuentemente son: la ansiedad, la tristeza y la depresión, el desapego social, el sentimiento de culpa, el sentimiento de soledad y aislamiento y, en lo que respecta al plano emocional, baja autoestima, depresión, culpa, miedo, dificultad para relacionarse, distorsión de la propia imagen y rechazo al propio cuerpo.

 

Grupos de ayuda mutua

Los grupos de ayuda mutua están planteados desde la idea de compartir experiencias con personas en situaciones vitales parecidas. Un primer paso para sentirse de forma diferente es ver y escuchar a los otros que hacen de espejo. Estas actividades dan respuesta a la «demanda invisible» de ser escuchadas y acompañadas.

 

El cuidado de las personas cuidadoras es también responsabilidad de las instituciones

Vila Veïnes responde de una manera adecuada e inmediata a las necesidades emocionales de este colectivo y está, en este momento, en la cuerda floja, ya que ha habido el aviso de que no va a continuar el proyecto.

Independientemente de las razones políticas y económicas, este proyecto no puede desaparecer, porque ha sido el impulsor de hacer visible la gran mejoría de las personas que han acudido a los grupos y actividades de Vila Veïna. Las personas cuidadoras se han visto reconocidas y valoradas, a la vez que ha resultado un beneficio para la sociedad, un alivio para la ciudadanía de la que todos formamos parte, inevitablemente.

Cuidar de los cuidadores que cuidan a nuestros enfermos y mayores, no puede quedar en el abandono sobrecargando los esfuerzos personales de las personas cuidadoras.

Martha Moller. Coordinadora y terapias de grupo. ANABCN

Martha Moller
Coordinadora y responsable de terapias de grupo

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