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Cuidar al cuidador

Cuidar al cuidador: una asignatura pendiente

Quedan muy lejos ya los tiempos del confinamiento, pero en ese momento más que nunca se puso de manifiesto que la necesidad de cuidar al cuidador sigue siendo una signatura pendiente.

Durante los años de pandemia tuvieron lugar situaciones de máximo estrés y ansiedad seguramente para la mayoría de nosotros. Sin embargo, hay sectores de la población en los que se vivieron verdaderas tragedias, crisis y conflictos graves. Y en el mejor de los casos, afortunadamente, hubo alguien que recogió esas situaciones y trató de gestionarlas, acompañarlas y mejorarlas en la medida de lo posible. Me refiero a los trabajadores sociales, integradores, educadores, pedagogos, orientadores, intermediadores, etc. Personas dedicadas a sostener lo insostenible, con recursos mínimos y con el añadido de la presión extra de un confinamiento que hizo mella emocional en todos, indiscutiblemente. En ellas también. Estas personas cuidadoras, al igual que los profesionales de la salud, se vieron obligadas a cargar con un doble peso: el de gestionar su propia situación personal y la de muchas otras. 

 

Al cuidado de los colectivos vulnerables

Los que amamos el trabajo con personas no nos cansamos de pensar e idear nuevas herramientas para acompañar a diferentes colectivos vulnerables. Somos apoyo y sostén de los que más lo necesitan y nos ponemos a su disposición con todo lo que tenemos, aun a riesgo de que nuestra sensibilidad quede afectada, prácticamente siempre.

Y se nos olvida que nosotros también somos vulnerables, en el sentido más emocional del término. Que los cuidadores también necesitan ser cuidados.

Actualmente, por ejemplo, se reivindica la necesidad de que las madres recuperen su espacio personal, que ejerzan el autocuidado como premisa indispensable para no vivir la maternidad como una carga y cultivar su bienestar en beneficio propio y, en consecuencia, de sus hijos. De la misma manera, aquellos y aquellas cuya profesión (y, por lo tanto, gran parte de su tiempo) está relacionada con el cuidado de otros, con el soporte logístico, educativo y emocional en situaciones poco favorecidas, deberían reclamar su propio espacio de autocuidado.

 

El vacío terapéutico en el tercer sector

A día de hoy, son muy pocas las instituciones o entidades sociales que tienen en cuenta este ingrediente de la receta. Mientras las empresas tecnológicas presumen de cuidar a sus empleados con mesas de pim pom, desayunos gratis o clases de pilates para favorecer el buen ambiente, estimular la creatividad y, en definitiva, aumentar la productividad, las empresas del tercer sector confían en los superpoderes de sus empleados y voluntarios para hacer frente a situaciones desbordantes con un componente emocional muy fuerte. Pero no olvidemos que, al final, solo somos humanos soportando a otros humanos, tratando de amortiguar la caída. Y que la vocación no siempre es una cuerda suficientemente resistente como para tirar de ella sin límite.

Mónica Boixeda, bailarina y terapia de movimiento
Mónica Boixeda, bailarina y terapia de movimiento

Mónica Boixeda Möller
Responsable del área de danza y movimiento terapéutico

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