El poder de las palabras
No siempre somos conscientes del poder de las palabras cuando hablamos o queremos comunicar una idea. ¿Te has preguntado cómo pueden incidir en el cerebro de quien te escucha, cómo lo percibirá, cómo afectará en su estado emocional, en su motivación, en la toma de decisiones…? Tomemos como ejemplo este breve cuento:
Un rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño. «¡Qué desgracia mi señor! –exclamó el sabio–. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad».
«¡Qué insolencia! –gritó el rey enfurecido– ¡Fuera de aquí!». Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde envió a por otro sabio y le contó lo que había soñado. Este le dijo: «¡Gran felicidad os ha sido reservada! El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes». Se iluminó el semblante del rey y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando el sabio salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: «La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo por qué él le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro». «La verdad es una –respondió el segundo sabio–, pero todo depende de la forma en que se dice.»
Este cuento nos sirve para focalizar en la importancia de las palabras y cómo pueden incidir en nuestro cerebro, nuestra percepción, nuestro estado emocional, en el sistema hormonal, en nuestra predisposición, motivación, en la toma de decisiones y en nuestra conducta y/o comportamiento.
Cómo influyen las palabras: impacto positivo y negativo
Mark Waldman y Andrew Newberg explican en su libro Las palabras pueden cambiar tu cerebro que cuando pronunciamos palabras como «no», «estrés», «obstáculo», «difícil», «imposible» o «problema» en nuestro cerebro se iluminan áreas relacionadas con la amígdala y con la segregación de cortisol, ambas vinculadas con la generación del estrés. Son palabras denominadas de impacto negativo.
El efecto marco hace referencia a las palabras que usamos cuando presentamos dos opciones.
En un experimento, se ofreció a los participantes un yogur libre de grasa al 99% y otro que contenía un 1% de grasa. ¿Cuál eligió la mayoría de los participantes? El primero, ya que la palabra libre y la cantidad 99% daba más seguridad y confianza en cuanto a lo sano que era el yogur.
En otro estudio, se le daban a los participantes 50 euros. A unos se les decía que podían apostar o no, pero si no apostaban, perdían 30 euros. A otros, se les decía que si no apostaban, ganaban 20 euros.
En el efecto marco se pueden presentar situaciones desde un marco positivo (por ejemplo con verbos: ganar, salvar, conseguir…), o desde un marco negativo (perder, abandonar, …), siendo la misma realidad. Los verbos utilizados influyen en la decisión, y la mayoría nos decantamos por los verbos de impacto positivo.
Cuando hablamos con expresiones del tipo «ternura», «beneficio», «alegría», «placer», «sonrisa», se iluminan áreas relacionadas con las emociones y la segregación de dopamina y serotonina, relacionadas con el bienestar y el buen humor.
Las palabras de impacto positivo o estimulantes son asimiladas por el hemisferio derecho del cerebro, que es el que procesa las emociones. Por lo tanto, van a generar placer, sorpresa y alegría.
Nuestro sistema inmunológico no reacciona igual ante palabras o estímulos positivos y negativos.
Otros aspectos importantes de la comunicación
Otro apunte muy importante: también dependerá del tono, el volumen y el contexto. “Se puede decir todo, bien dicho”. Y añadiría un componente esencial: la empatía del emisor que debería tener en cuenta el estado emocional del receptor o receptores.
Javier Gay de Liébana
Responsable pedagógico